viernes, 4 de marzo de 2016

El primer día.

Diez de la mañana. Los que pasamos la selección nos sentamos en un gran semicírculo de sillas. Tras la habitual ronda de saludos abstractos, miradas llenas de disimulada curiosidad y muchas y variadas muestras de vergüenzas y timideces, la jornada comienza con la presentación del personal del CADE involucrado en este proyecto y de Ana, nuestra coordinadora. Seguidamente, y tras una denodada lucha contra los elementos tecnológicos y cibernéticos, tuvimos la ocasión de ver algunos testimonios de varios participantes en ediciones anteriores del programa Lanzadera. Después de que Ana nos diera unas pocas pistas para que sepamos a qué atenernos y, sobre todo, para dejar bien claro lo que no es una lanzadera de empleo, los componentes del grupo nos fuimos presentando: nombres, edades, formación, alguna nota biográfica interesante, situación personal, familiar y sentimental… Todo muy escueto, pero bastante emocionante. Parece que va a ser cierto que durante estos cinco meses las emociones van a ser un ingente material de trabajo y, por lo visto y escuchado en ese primer día, de una gran calidad. Nos fuimos a casa con muchas incógnitas, pero también con mucha ilusión por poder formar parte algo nuevo y excitante.




No hay comentarios:

Publicar un comentario