Exponemos y votamos el logo, el
lema y el texto de presentación de nuestro grupo. La creatividad queda
suficientemente demostrada, aunque podríamos decir que las dotes artísticas
necesitan pulirse un poquito. En fin, en el grupo no hay ningún licenciado en
Bellas Artes y, cuando los primeros días hablábamos de nuestros sueños y de los
trabajos que nos gustaría desempeñar, nadie habló de ser pintor, escultor o
galerista. Eso no significa que no sepamos apreciar el arte cuando lo tenemos
delante, aunque confundamos un paracaídas con un paraguas o un cohete con un
choco.
Después de definir nuestra misión
como integrantes de la Lanzadera Andalucía Emprende Huelva 2016, Ana nos
propone un ejercicio llamado “La Dinámica del Escalador”. Se trata de que
expongamos la visión que tendremos de nosotros en el futuro, justo al final del
proyecto, en el mes de julio. Después reflexionamos sobre cómo estaremos en
junio, sobre cuáles pensamos que serán nuestras sensaciones en ese mes. Y, finalmente,
exponemos nuestros sentimientos en un futuro más cercano, apenas a un mes
vista: el 29 de abril. La conclusión es clara. En julio adivinamos un futuro
sin miedos, donde tenemos una marca personal muy definida, donde somos
competentes y nos sentimos apoyados por nuestros compañeros. Nos imaginamos con
un puesto de trabajo en el bolsillo o convertidos en empresarios, con una nueva
y amplia red de contactos, seguros de nosotros mismos y con el sentimiento de
haber disfrutado mucho de la experiencia.
¿Quién no desea un futuro así?
Todos lo queremos, pero sabemos que tiene un precio. Un mes antes, en junio,
nos vemos ilusionados y motivados, pero también presionados y cansados.
Optimistas y apenados al mismo tiempo. Preparados para insertarnos en el
mercado laboral después de habernos esforzado mucho. Es en ese paso atrás donde
las caras del grupo han empezado a cambiar, donde nos hemos dado cuenta de que
el camino será largo y la tarea ardua. Y entonces hemos dado otro paso más.
Hacia atrás de nuevo. Cuando hipotéticamente nos hemos situado a finales del
mes de abril han aparecido las palabras más duras de la jornada: desorientación,
desmotivación y fraude. Pero también en
ese mismo momento hemos podido escuchar las más agradables: esperanza, apoyo,
motivación y pertenencia al grupo.
Sabemos qué queremos encontrar al
final del camino y hemos depositado nuestras esperanzas en hacerlo, nos
sentimos capacitados e ilusionados para ello. Conseguirlo es muy probable. Por
otra parte, conocemos que la senda está llena de trampas, de esfuerzos, de
momentos de debilidad, de traumas, de dudas y de desesperación. Saber todo eso
ya supone una ventaja. ¿Cuántos han caído antes del final por no conocer los
riesgos y así también sus remedios? Estamos al principio del viaje y es un buen
momento para recordar las palabras del poeta griego Constantin Kavafis:
“Cuando emprendas tu viaje a
Ítaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de
experiencias.
No temas a los lestrigones ni a
los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu
camino,
si tu pensar es elevado, si
selecta
es la emoción que toca tu
espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los
cíclopes
ni al salvaje Poseidón
encontrarás,
si no los llevas dentro de tu
alma,
si no los yergue tu alma ante
ti”.
Que sirvan estos versos para
disipar las sombras que se volcaron sobre algunos de nuestros compañeros después
de contemplar, si bien como mero ejercicio de simulación, un futuro incierto.
Una visión que despertó, al final de la mañana, lógicos sentimientos de
frustración y decaimiento, y también los miedos a limitaciones, a barreras y al
desconocimiento de nosotros mismos. La tarea será dura y esforzada y eso ya es
una certeza de la que podemos partir para construir un futuro digno.
Lluís Llach puso música y voz al poema de Kavafis en un magnífico y atrevido disco que, 41 años más tarde, sigue poniendo la piel de gallina. Si os apetece escucharlo, aquí tenéis un enlace de la canción con subtítulos en castellano. Recomendadísimo.
Lluís Llach puso música y voz al poema de Kavafis en un magnífico y atrevido disco que, 41 años más tarde, sigue poniendo la piel de gallina. Si os apetece escucharlo, aquí tenéis un enlace de la canción con subtítulos en castellano. Recomendadísimo.
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