lunes, 11 de abril de 2016

Elevator Pitch, primer asalto.


Llegó uno de los días más temidos por los lanzaderos. Después de dedicar muchas horas del fin de semana a redactar un buen perfil profesional con mayor o mejor acierto, hoy toca exponerlo en público. Ya conté en otra entrada en qué consistía el “Elevator Pitch”, hoy os dejo una entrada de la socorrida Wikipedia por si puede arrojar más luz sobre el asunto.
https://es.wikipedia.org/wiki/Elevator_pitch
 
Uno a uno, vamos saliendo al estrado como auténticos valientes, sin la muleta de lo que escribimos sobre nosotros mismos para que nos sirva de ayudita en algún momento de despiste. Es mejor así, porque lo que queremos conseguir es la naturalidad con la que hablan de sí mismos los que se conocen bien. Los nervios y la inseguridad campan a sus anchas durante casi todo el ejercicio: dos minutos en los que hay que convencer a un empresario para que nos haga una entrevista o nos pida nuestro contacto. Algo que deje huella y nos posicione para un puesto de trabajo en su organización. Por si el martirio fuera poco, nos grabamos en vídeo, con el consiguiente aumento de la intranquilidad al saber que hay una cámara registrando todas nuestras palabras y movimientos.
 
 

Finalizado el turno de exposiciones llega el tiempo de visionar las piezas que hemos grabado, analizarlas y, por supuesto, criticarlas de forma constructiva para poder subsanar errores. La gesticulación, la mirada, el contenido, la expresión oral, el aplomo, la ilusión con la que exponemos nuestros valores profesionales y personales… todo cuenta, así que el debate y la puesta en común es imprescindible. Nuestra segunda sesión de “Elevator pitch” se desarrollará justo dentro de un mes. Esperamos haber mejorado, trabajaremos duro para ello.
 

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