La maratón de coaching queda algo
lejos, así que la mañana empieza con una breve recapitulación de las
sensaciones vividas el jueves pasado y con un breve resumen de los talleres.
Estuvimos en dos talleres separados y había que ponerlo en común, aunque fuera
de pasada, ya que los contenidos eran bastante similares.
Es cierto, tal y como terminaba
la entrada anterior, que la puerta del CADE de Huelva era un hervidero de satisfacciones.
Cualquiera que pasara por allí podría haber supuesto que salíamos de tomarnos
el aperitivo y no de trabajar, por la efervescencia anímica que nos poseía a
todos. Y no es menos cierto que, cuando cada uno llegó a su casa y recapacitó
sobre lo dicho, oído y actuado en la maratón, sintió la necesidad de
reflexionar con algo más de calma y profundidad. La inquietante llamada de la
conciencia. Y es que los talleres han servido para algo más que para habernos
dicho lo competentes, responsables, especiales y empáticos que somos. Han servido
para remover un poco el pasado de cada uno y de ponernos en la drástica situación
de tomar una decisión sin vuelta atrás. Debemos comenzar a cambiar ya, a asumir
el positivismo que proyectaban los talleres del jueves, a cambiar de una vez la
actitud, sin reservas de ningún tipo, para enfocar todas nuestras fuerzas y
energías a buscar trabajo. A desmarcarnos de los demás utilizando las
herramientas que vamos a encontrar día a día en la lanzadera para acercarnos a
la consecución de un trabajo, mostrando lo mejor de nosotros mismos. Y eso necesita
madurarse. En ello estamos.
Mientras tanto, los comités
continúan con su tarea y comienzan las sesiones individuales de coaching con la
coordinadora del proyecto. De su encuentro con Ana, cada uno sacará sus propias
conclusiones y sus propias tareas que acometer. Encontrará sus propias fuerzas
que potenciar y sus debilidades que resolver. Y que nadie dude del éxito de
este proyecto. En un mes ya son cuatro las compañeras que han encontrado
trabajo. En la jerga lanzaderil, ya tenemos cuatro “insertadas” en el mercado
laboral. Para ir supliendo su falta, desde hoy contamos con la ayuda de una
nueva tripulante: Giuliana.
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