¡Muy buenas noticias! Abelardo y
Maite ya no están con nosotros, se han convertido en el sexto y la séptima
lanzader@ que se han insertado en el mercado laboral. El ambiente en el grupo
es muy bueno. Ver cómo nuestros compañeros van encontrando trabajo nos
proporciona un plus de energía y de ilusión, de la buena, de la realista. De la
que te hace levantarte de la cama para darle duro al día, de la que te hace
confiar en que un puesto en el mercado laboral está a la vuelta de la esquina.
A las pruebas me remito.
Abelardo es un tipo fenomenal. Callado,
familiar, responsable, formal y con muchas ganas de trabajar. Es soldador y
esta semana empieza a trabajar en una obra, en la construcción. Le encanta su
trabajo, el fútbol y pasar tiempo junto a su preciosa hija de ocho meses, su
auténtica debilidad.
Maite es trabajadora social y ha
conseguido un puesto en una población cercana a Huelva, en un centro de día
para personas mayores. Maite es solidaria, comprometida, activa, emprendedora y
le fascina la naturaleza y el trato con la gente. Eso lo ha notado cualquiera
que ha hablado con ella más de un minuto. Tiene una quietud en la mirada que te
desarma. Te mira a los ojos cuando le hablas y se nota que te está escuchando.
Sabes que se preocupa por ayudarte.
La sociedad onubense necesita
personas así para crecer, para construir, para crear riqueza, para ser más
tolerante, para conocer mejor el mundo que la rodea. El valor añadido que estas
dos personas (y el resto de compañeros de la Lanzadera que ya han conseguido
trabajo) han regalado al equipo no han caído en saco roto. Y así deben de
haberlo percibido también sus empleadores.
En un nuevo paradigma de mercado
laboral, ese valor añadido que nuestra manera de ser otorga a nuestra formación
o conocimientos, es el punto de calidad que nos hace genuinos, que nos hace
idóneos para un determinado puesto de trabajo. Hoy en día son pocos los
seleccionadores de personal que buscan al mejor (ponga aquí su profesión), al
que sacó las mejores notas en la carrera. Lo que los empleadores requieren es a
la persona que, al margen de lo completa o extensa que sea su formación, mejor
se adaptará al puesto de trabajo que ofertan y a las necesidades de una empresa
en un determinado momento. Es muy interesante conocer el análisis de Sergio Fernández a este respecto.
Habilidades como la capacidad de
liderazgo, la creatividad, la capacidad para resolver conflictos; o valores
como el esfuerzo, la seguridad en uno mismo, la adaptabilidad, la flexibilidad
o el compromiso con el ideario de una empresa, son decisivos a la hora de que
te seleccionen para un puesto de trabajo. De nuevo aparece el concepto de "marca personal". La personalidad de cada trabajador
nos hace diferentes al resto y es eso lo que debemos potenciar en un modelo cambiante
de mercado laboral que ha cogido a muchos, empresarios y empleados, en fuera de
juego.
En eso estamos trabajando en la
Lanzadera estos días. En la confección de un mapa mental del nuevo trabajador
que nos haga más accesible un puesto en ese nuevo paradigma. Para lograr lo que
han conseguido nuestros siete compañeros, en gran medida, gracias a su talento
y a su fenomenal manera de ser.
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